Aunque es una situación perdida en el tiempo, últimamente y producto quizás de la tensa situación económica, es mucho más común encontrar preguntas como estas en cualquier Red Social;
“¿por qué Aduana limita la importación al equipaje acompañante?”. “¿Por qué la Aduana cobra tanto?”. “¿Por qué la Aduana frena la importación de loa PYMES?”. “¿Qué tiempo establecido tiene la aduana para entregar las motorina después que están en su poder”?
Y en ocasiones hasta en algún medio nacional aparecen Gazapos como este que fue – en mi opinión – el más divulgado y a la vez menos rectificado o aclarado: “La Aduana General de la República prohibirá el pago en dólares de los aranceles de importación y demás servicios”
Y es que parece que para algunos por ignorancia y para otros por el simple placer de decir algo, echarle la culpa al “Toti” que da la cara es una manera de criticar sin adentrarnos en los orígenes de los problemas y de alejarnos, en algunos casos cuidadosa y preventivamente, de las reales causas.
La función principal de la Aduana se limita prácticamente a implantar políticas y decisiones gubernamentales, en la mayoría de las ocasiones dispuestas por otras autoridades y organismos. Decir que la Aduana no deja importar a las PYMES o que cobra altos aranceles, o que sólo deja entrar un bulto acompañado o que demora la entrada de envíos es, cuando menos, obviar las funciones, el trabajo y más que nada las responsabilidades del MINCEX, del MFP, del IACC y del MINCOM entre otros organismos. (Que por cierto las disponen y en ocasiones ni siquiera explican)
¿Nos maltrataron al llegar al país o nos pidieron “algo” al hacernos el despacho? Comentémoslo si queremos en nuestra Red, es nuestro derecho (siempre que sea cierto, claro está). Pero estoy convencido que es más importante y productivo ejercer también el deber de denunciar institucionalmente para, además de “divulgar”, buscar resultados.
Es cierto que como toda obra humana la Aduana debe mejorar constantemente su trabajo en aras de brindar un mejor servicio y que tal y como reconocen sus propios dirigentes, es necesario eliminar los casos de maltrato y de actuaciones indecorosas que ponen en tela de juicio el trabajo abnegado y reconocido de miles de aduaneros. Pero de eso, a echarle la culpa de errores o de decisiones que otros toman o dejan de tomar ¡no es justo!
Por favor. Ejerzamos el derecho a opinar. Critiquemos lo que hay que criticar. Digamos lo que hay que decir para mejorar cada día más… Pero hagámoslo desde opiniones veraces. Seamos justos, objetivos y valientes a la hora de escoger “el Toti” a quien echarle la culpa.
Me enorgullecen los logros de la Aduana cubana de la misma manera que me entristecen sus errores. Pero más aún me molesta que – por las razones que sean – se le achaquen culpas ajenas.
“AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR”